martes, 20 de enero de 2009

Neutral Malvado II - Pedir perdon

¿Es contraproducente?

La gilipollez del perdón. Todo el mensaje del cristianismo gira en torno al perdón de Dios, y nos exhorta a ofrecer o pedir perdón allí donde sea necesario. Aunque muchos seamos ateos, todos hemos mamado la mojigatería judeocristiana de un modo u otro y tenemos inculcado el valor del perdón hasta en el tuétano.

«Soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro. De la misma manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros» (Col. 3 : 13)

¿Pero qué pasa cuando pedimos perdón a una mujer, sea novia, follamiga o esposa? Según mi experiencia, que todo se va a tomar por culo a partir de ese momento.

Pedir perdón es reconocer oficialmente ante ellas que somos hombres defectuosos. Es poner en macha la neurosis femenina del "porque-yo-lo-valgo", la letanía feminazi del "este tío es una mierda y yo me merezco mucho más".

¿Por qué pedir perdón ha perdido el valor judeocristiano de redención y concordia? Porque se ha abusado del perdón. Porque la gente lo usa para manipular, para extorsionar, para victimizar, para exprimir a la pareja, a la familia, a los hijos. Porque nadie pide perdón sinceramente.

«Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen». (Lc. 23 : 34)

La primera mujer con la que tuve relaciones fue obviamente mi madre. Ya en la adolescencia, me di cuenta de que pedirle perdón por algo que había hecho mal sólo conllevaba un empeoramiento de la situación. Durante un tiempo pensé que era porque ella era hija de una mujer manipuladora y victimista que había usado el perdón para extorsionar a la hija. Pero la sorpresa vino más adelante, con mis primeras relaciones de pareja. Con todas mis novias, siempre que les he pedido perdón, he notado cómo me hundía más y más en el fango. En sus caras se podía leer: "Ahh, ¿pides perdón? Eso es porque lo has hecho mal. Porque como todos los tíos, eres un mierda y no eres el príncipe azul que YO ME MEREZCO!".

Hamijos, nunca le pidáis perdón a una mujer. Mientras no pidáis perdón, la relación será una mierda, pero se mantendrá a flote. Ella tenderá a culparse a sí misma. Ahora bien, en el momento en que pidas perdón, estarás asumiendo la culpa y la imperfección, y la mujer, que es un ser voluble por naturaleza y con nula capacidad de autocrítica, hará leña del árbol caído y te culpará a ti de todo lo que va mal en su vida. No les deis argumentos para que os culpen. Tienen una tendencia natural a culpar al varón, y cuando les pedís perdón, sólo conseguís desatar esa tendencia maligna. ¿pedir perdón verbalizando tus errores? Eso es dinamitar los cimientos de la relación.

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