viernes, 4 de septiembre de 2009

Neutral Malvado VIII - Respeto al cunnilingus

Chupar coños es una de las prácticas más anheladas por muchos hombres. Sin embargo, muchas mujeres hoy en día se quejan de que no les comen el coño lo suficiente. ¿No os parece incongruente? Los hombres mataríamos por comer coño fresco y ellas se quejan de que no se lo comemos... Absurdo. Cuando te encuentras ante una paradoja de este tipo, lo primero que hay que hacer es dudar de la palabra de la mujer, pues son ellas las expertas en autoengaños, hipocresía y deshonestidad. Así pues, ¿es falso que ellas desean que les chupemos el coño? La respuesta es: sí y no, como todo lo que se refiere a hembras humanas.




El problema es el de siempre: una mujer no es un ser unidimensional y monolítico, sino que tiene una naturaleza dual y contradictoria, debido a que su cerebro está compuesto por tres unidades: el cerebro reptiliano, el intermedio y el superior o racional. Si bien los registros más primitivos de su cerebro le hacen desear la boca del macho estimulando su sexo, en el cerebro racional se hallan dos fuerzas contrapuestas a las que ninguna mujer puede sustraerse:

1. Por un lado, la cultura de la culpa, tradicionalmente alimentada por la moral judeocristiana, que en las mujeres está mucho más arraigada. El mito fundacional de la biblia ya empieza por recordarle a las mujeres que, como descendientes de Eva, son culpables de la caída, instigadoras del pecado, débiles y sucias comedoras de manzanas prohibidas. Muchas mujeres aun hoy en día tienen una percepción negativa de su vagina y la consideran casi como una cloaca infecta. Para que veáis hasta qué punto esto es cierto; las mujeres que se someten a terapia sexológica para tratar la falta de apetencia sexual, cuando se ponen de cuclillas sobre un espejo en el suelo para que vean su vagina reflejada en él, se sorprenden al descubrir que ésta es de color rosado y no de color negro como ellas creían. Así pues, para este tipo de mujeres (que siguen siendo la mayoría en mayor o menor medida), el hombre que baja al pilón se convierte automáticamente en un ser repulsivo que bebe directamente de la cloaca infecta.

2. Pero por otro lado está la cultura hedonista contemporánea, las doctrinas feministas posmodernas y la ética feminazi de "Cosmopolitan" y "Sexo en Nueva York", que también hacen mella en las mujeres de hoy en día. Dichas corrientes de pensamiento las invitan a creer que el cunnilingus es algo feminista y "guay". De modo que quejarse de que los hombres no les comen el coño se convierte en una pose política.

El problema es que las fuerzas del punto 1 chocan frontalmente con las del punto 2, de manera que una mujer desea que un hombre le coma el coño, pero cuando éste lo hace, no puede evitar perderle un poco de respeto. ¿Cómo tenerle respeto a un hombre que se ha rebajado a colocar la boca en su parte más infecta? "¡Se ha puesto a lamerme ahí abajo, con lo que apesta cuando llevo 24 horas sin ducharme, con la de sangre y coágulos que salen de ahí cuando me viene la regla!", piensan ellas. Sí, es cierto que este sentimiento atávico luego es contrarrestado (hasta cierto punto) por la cultura "Cosmopolitan" que les dice que el sexo oral es algo bueno y natural, pero de momento ya tienen una fuente de conflicto más.

Así pues, no es descabellado decir que, para la hembra humana, el hombre pierde valor y respetabilidad cada vez que le come el coño. Aunque sólo sea un poco. Pero lo pierde. Y esto viene corroborado por un estudio reciente:

Según un estudio de una universidad canadiense, los matrimonios que practican sexo oral tienen una esperanza de vida menor que los matrimonios que no lo hacen. El estudio fue realizado sobre más de un millar de matrimonios de Ontario, y se encontró que los matrimonios donde el hombre le practicaba habitualmente el cunnilingus a la mujer, terminaban antes de los 7 años en un 72% de los casos. Los matrimonios donde la mujer le practicaba felaciones al marido, mientras que el marido no le hacía el cunnilingus, terminaban antes de los 7 años en un 65% de los casos. Sin embargo, los matrimonios donde ambos cónyuges declaraban no tener sexo oral, sólo se rompían antes de los 7 años en un 28% de los casos! El estudio demostraría, contrariamente a la creencia popular, que el sexo oral es un factor desestabilizador.

Lo que me ha dejado más estupefacto es que los matrimonios donde él le come el coño a ella tienen menor esperanza de vida que los matrimonios donde ella le chupa la polla a él. Eso refuerza mi sospecha de que las mujeres te van perdiendo el respeto poco a poco a medida que les comes el chumino. Otra explicación: los hombres con más apetencia por el cunnilingus que por la mamada suelen tener el pene más pequeño, de modo que es lógico que ellas se cansen de su micropene y les acaben pegando una patada para irse con un rabo alfa de 20 cm.

3 comentarios:

  1. Muy buena la entrada muchachos.

    Ya que mencionaron la percepción que tienen algunas mujeres de su vagina, acá les dejo un documental que habla sobre el tema:

    http://cinetube.es/documentales/la_masturbacion_femenina.html

    En el mismo, incluso pasan una mujer sorprendida al mirarse allá abajo por primera vez con ayuda de un espejo.

    Interesantísimos los datos del sexo oral.

    Saludos.

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  2. Hay que tener cuidado con las posibles enfermedades que ella pueda tener por ahí abajo. Mucho cuidado.

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  3. ¡qué dicen!soy una tía y a mí personalmente cuando un hombre me da sexo oral me vuelve loca lo tengo en un altar,nunca lo tendría por menos,al contrario,nunca olvidaría un hombre así...

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