Por Neutral Malvado:
Y lo que digo es que esto de lloriquear y revolcarse en el fango se ha convertido en una pose que mola, que está de moda; y que ahora un tío que llora porque la novia le ha dejado no es una nenaza, es un chico sensible al que ellas le hacen de mami, incluso hay tribus urbanas que han convertido la depresión en su bandera (emos) junto con el maquillaje de ojos de maricona y demás zarandajas cosméticas. Es que incluso me han invadido ese terreno, joder, que yo era un depresivo auténtico y ahora no me queda ni eso porque me lo han quitado los reyes del postureo y el maquillaje.
Que aquí no es depresivo quien lleva años hundido en la miseria psiquiátrica y moral, aquí es depresivo quien mejor viste y mejor se maquilla y mejor hace el numerito en el Facebook. Aquí el depresivo no es quien está tan jodido que ya ha renunciado a relacionarse con mujeres, sino el cantamañanas que queda con una tia cualquiera y suelta cuatro lagrimitas de cocodrilo para que ella le haga de mami.
Estoy hasta los cojones de que las huestes histriónico-estéticas me roben lo que moralmente me pertenece. Es como cuando los primeros lectores de El Señor de los Anillos se vieron desplazados por una legión de advenedizos que salieron de debajo de las piedras a raíz del estreno de las películas de Peter Jackson. Son impostores. Usurpadores. Fantoches. Mamarrachos.
Y lo que digo es que esto de lloriquear y revolcarse en el fango se ha convertido en una pose que mola, que está de moda; y que ahora un tío que llora porque la novia le ha dejado no es una nenaza, es un chico sensible al que ellas le hacen de mami, incluso hay tribus urbanas que han convertido la depresión en su bandera (emos) junto con el maquillaje de ojos de maricona y demás zarandajas cosméticas. Es que incluso me han invadido ese terreno, joder, que yo era un depresivo auténtico y ahora no me queda ni eso porque me lo han quitado los reyes del postureo y el maquillaje.
Que aquí no es depresivo quien lleva años hundido en la miseria psiquiátrica y moral, aquí es depresivo quien mejor viste y mejor se maquilla y mejor hace el numerito en el Facebook. Aquí el depresivo no es quien está tan jodido que ya ha renunciado a relacionarse con mujeres, sino el cantamañanas que queda con una tia cualquiera y suelta cuatro lagrimitas de cocodrilo para que ella le haga de mami.
Estoy hasta los cojones de que las huestes histriónico-estéticas me roben lo que moralmente me pertenece. Es como cuando los primeros lectores de El Señor de los Anillos se vieron desplazados por una legión de advenedizos que salieron de debajo de las piedras a raíz del estreno de las películas de Peter Jackson. Son impostores. Usurpadores. Fantoches. Mamarrachos.
Por Victor I:
Una columna de mármol en la plaza mayor de cada pueblo y un maestro cantero que grabe estas palabras en ella, es todo lo que pido, es mi última esperanza para reconducir esta sociedad de débiles mentales, de lloricas postureros y egocéntrincos, de seres humanos de gelatina siempre dispuestos a tirarse al suelo y montar la pataleta, el numero y el berrinche por el motivo más nímino y estúpido. No es la depresión el problema, es la idiotez, la estulticia, el apollardamiento generalizado que ha convertido la tragedia en una pose estética y una forma de ir por la vida. ¡Cuanto defícit de hostias veo en algunos, cuantas ganas de darse importancia alimentando y publicitando sus miserias!
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