Veamos algunos puntos en común entre nazismo y sexualidad femenina:
Eugenesia: Desengañémonos, un coño es como un campo de exterminio nazi en versión rosa. El coño está permanentemente tasando la calidad genética de los machos de su entorno. El coño sopesa, califica, descarta y selecciona a los machos más aptos para la reproducción. La posible descendencia de los machos que el coño considera "no aptos" es erradicada mediante la sentencia: "tú no eres lo suficientemente hombre". Cada vez que un coño nos descarta, está condenando a nuestros espermatozoides a caer en superficies infértiles (papel higiénico, calcetín acartonado de las pajas), nos está condenando, en suma, a morir sin descendencia, a morir doblemente, pues quien muere sin hijos muere doblemente. Un coño está continuamente exterminando los genes de los machos de su alrededor. Cada vez que una mujer nos descarta, nos extermina con aséptica frialdad nazi.
Veto a los discapacitados: Relacionado con el punto anterior. Un coño nunca le permitirá a un discapacitado que se corra en su interior. El coño es inflexible con los discapacitados. Implacable. No hay que ser muy retorcido para relacionar esa negación del derecho a reproducirse de los discapacitados con el programa nazi de eutanasia Aktion T4 y la infame expresión "vidas indignas de ser vividas" (Lebensunwertes Leben).
Supremacismo racial ario: No basta con privar de la reproducción a machos de bajo rango o discapacitados: las mujeres quieren a machos arios. Incluso las asiáticas mojan las bragas por Brad Pitt o Hugh Jackman o las negras prefieren al mulato con sangre blanca que al negro mandinga del Senegal.
Cianoftalmofilia: (del griego cian, azul; oftalmo, ojo; y -filia). Se trata de la atracción erótica o sexual que sienten las mujeres hacia hombres con los ojos azules. Tal atracción da lugar a situaciones absurdas como por ejemplo que machos de bajo rango con los ojos azules se hinchen a follar sólo porque ellas les encuentran una mirada irresistible. He visto a verdaderos mindundis, absolutos ceros a la izquierda en lo que a masculinidad se refiere, jactándose con aire autocomplaciente de lo mucho que follan, cuando es evidente que esos mismos tíos no se comerían un rosco si tuvieran ojos marrones. Huelga decir que las mujeres, como los científicos racistas nazis, catalogan a los hombres de ojos azules como superiores y más merecedores de pasar sus genes a las siguientes generaciones. Véase el caso Álvaro Muñoz Escassi, un tío insulso y bobalicón por el que una docena de furcias sin dignidad se tiran de los pelos en un programa de televisión. ¿Tendría el mismo éxito con los ojos marrones? Lo dudo.
Idolatría y adoración ciega al Führer (macho alfa): Se dice que muchas mujeres alemanas encontraban a Hitler irresistible y se sentían tremendamente excitadas, casi al borde del desmayo, ante su presencia. Esto guarda un claro paralelismo con el fenómeno fan que tan extendido está entre niñas y adolescentes. ¿Quién no recuerda a sus compañeras de colegio mojando bragas con los führers de la revista SuperPop? O quién no ha visto a zorritas histéricas idolatrando al protagonista de la saga Crepúsculo o mojando bragas cuando Cristiano Ronaldo sale del autocar.
Serían capaces de vender a su padre o de firmar la sentencia de muerte de todos los discapacitados del mundo con tal de poder comerle la polla a estos führers del nuevo milenio. Ellas, como los alemanes de los años treinta, se ponen de acuerdo a la hora de nombrar a unführer o macho alfa, y una vez han sentenciado "ése es el macho a adorar", lo adoran todas a una, como un rebaño sin criterio. Pocas escapan a ese pensamiento único.
Permeabilidad a la propaganda goebbeliana: La mayor parte de los anuncios de la tele van dirigidos a mujeres. Esto no sólo se debe a que ellas se encargan de hacer las compras, sino también a que la mujer es un target mucho más influenciable por las triquiñuelas de los discípulos de Goebbels. Hay estudios al respecto, muy silenciados por el lobby feminazi y los adalides de la corrección política, que demuestran que la mujer es bastante más influenciable por los mensajes publicitarios que el varón.
Uniformidad en la vestimenta: A los nazis les gustaban mucho los uniformes. A las mujeres, también. Todos hemos oído a mujeres decir que sienten una excitación ancestral ante un desfile militar, o ante el policía que les pone la multa, o ante los bomberos que salen de un edificio en llamas. También a ellas les gusta vestir de forma uniformada mediante lo que dan en llamar "ir a la moda" o "estar a la moda".
Gusto por los grandes falos:
El cohete V-2, desarrollado por Werner Von Braun.
Las mujeres, como los nazis, adoran los falos grandes. Un falo grande simboliza el poder, el yang, el principio activo, y tanto hembras como nazis idolatran el poder fálico. En la simbología nazi podemos encontrar multitud de símbolos fálicos: los cohetes de von Braun, los cascos de los soldados, la obsesión con las pollas circuncidadas judías (más grandes que las pollas arias), etc. Las mujeres, por más que lo nieguen, también mojan las bragas ante un buen falo.
Gusto por lo kitsch: La simbología nazi está llena de mariconadas a cual más cursi: esvásticas, brazaletes, broches, collares, uniformes de diseño. Todos sabemos que a las mujeres también les encanta la quincalla de diseño.
Afición por el ocultismo y la astrología: Mucho se ha escrito acerca de la afición de los nazis a la astrología y al ocultismo. Algunos de los altos dirigentes nazis (Himmler, Rudolf Hess, el mismo Hitler) eran aficionados a estas zarandajas y miembros de la Sociedad Thule. Una ideología en la que predomine la pasión, la demagogia y el porqueyolovalguismo (nacionalismo) siempre reservará un lugar privilegiado a estupideces como el tarot, la astrología o la adivinación por runas vikingas. De ahí que las mujeres, como los nazis, le den tanto crédito a los horóscopos o al tarot.
Amor por los perros: Conocida es la adoración que tenía Hitler por su pastor alemán Blondi. Las mujeres también sienten adoración por toda clase de animalitos y mascotas. Puede que sea por un instinto maternal insatisfecho, o por querer manipular a su antojo a una criatura indefensa a merced de sus caprichos y arbitrariedades, el caso es que no conozco mujer que no quiera tener una mascota a la que dominar mediante racionamiento de comida y extorsiones sentimentales de toda índole.
Anorexia: Relacionada con el racionamiento de comida. Cualquier ser humano sometido a una mente femenina, sea ella misma u otra persona, corre serio peligro de acabar padeciendo anemia, anorexia o muerte por inanición. La mujer moderna tiene una necesidad enfermiza de controlar las calorías que ella y los suyos ingieren a lo largo del día (se observa asimismo una sustitución de la ingesta de alimentos por la de penes erectos con el fin de conseguir réditos de toda clase). Alarmante también la tendencia femenina a sustituir comida por cigarrillos, en una peligrosa inversión de los valores nutricionales donde se cotiza más el paquete de tabaco que un buen plato de lentejas, lo que no es difícil de relacionar con el pérfido oficial de las SS que, cigarrillo en boca, observa con frialdad a los judíos famélicos en el campo de exterminio.
En fin, no me digáis que los chochos no son nazis, porque yo lo veo clarisísimo.
(Siempre he pensado que si algún dictador o megacorporación quisiera instaurar un régimen totalitario a nivel global, la mejor jugada sería tomar el control de la reproducción humana yerradicar el sexo masculino. Una sociedad compuesta únicamente por mujeres sería profundamente sumisa y jamás se rebelaría contra el poder totalitario...)
Gracias por compartir la palabra.
ResponderEliminarAMEN!
Oye tio de verdad espero que no te importe que copie los artículos a mi blog, son geniales, cuanto más gente los lea mejor. Envíame un privado a mi correo del gmail o comentario en mi blog para confirmar, los republicaré en octubre para que más gente pueda leer todas las grandes certezas que aquí se relatan.
ResponderEliminarSaludos.
y tu como sabes que las pollas judías son mas grandes que las arias?, experiencia propia?
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